En este post explicamos rápidamente qué es el recargo de equivalencia y como lo puedes gestionar de manera ordenada en tus ventas en Shopify.
El recargo de equivalencia es el modelo por el que los comerciantes minoristas pagan el IVA de una forma simplificada. Se trata de un régimen especial que afecta a personas físicas, ya sea como autónomos, sociedades civiles o comunidades de bienes. Llegado este punto y en función de tu volumen de negocio, quizás puede ser un buen momento para consultar con tu gestor si te interesa operar como un sociedad limitada y ver las ventajas e inconvenientes de cada modalidad.
Este recargo se aplica específicamente a los negocios de venta al por menor de artículos que no han sido transformados por el comerciante; es decir, cuando éste es un mero intermediario que compra a un distribuidor para vender al público. Comerciantes, tiendas, etc.
Las ventajas es que no tendrás que emitir facturas de todas tus ventas, sólo cuando el cliente te lo solicite y que tampoco tienes que presentar la declaración del IVA.
Si tienes dudas de cómo generar facturas en tu tienda Shopify aquí lo explicamos.
El inconveniente del recargo de equivalencia es que pagas más IVA y es tu proveedor quien incluye el IVA y el recargo de equivalencia en las facturas que le pagas e informa de ello en sus declaraciones.
Si por el contrario, eres tu quien asume el recargo de equivalencia puedes gestionarlo desde Shopify con varias aplicaciones de gestión de compras, como por ejemplo Purchase Management
Llegado este punto quizás te interese revisar también el artículo sobre ¿Cómo hacer un control de costes en una tienda Shopify?
Las aplicaciones están bien, pero no dejes valorar gestionarlo mediante algún ERP como Holded. Desde este enlace tienes información de los ERPs que puedes integrar con Shopify.
Ten en cuenta que hay una serie de productos exentos del régimen de equivalencia:
* Vehículos a motor, embarcaciones y aeronaves, así como sus accesorios y piezas de recambio.
* Piezas de joyería, así como los metales y piedras preciosas que se utilizan para su producción.
* Prendas de pieles naturales.
* Objetos de arte y antigüedades.
* Bienes de segunda mano.
* Aparatos y accesorios para avicultura y apicultura.
* Productos petrolíferos cuya fabricación, importación o venta está sujeta a los impuestos especiales, como las gasolineras.
* Maquinaria de uso industrial.
* Materiales y artículos de construcción.
* Minerales, excepto el carbón.
* Hierros, aceros y demás metales y sus aleaciones, no manufacturados.
* Oro de inversión.
Si te dedicas al comercio minorista de productos que no manipulas y que no están entre los anteriores, tienes que acogerte al recargo de equivalencia, a no ser que factures más de un 20% con empresas y profesionales.
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